viernes, 29 de abril de 2011

Día Internacional de los Trabajadores

Los inmigrantes anarcos y socialistas que llegaron al Río de la Plata trajeron esa memoria. Enrique Amorin lo describe de una manera magistral.




PRIMERO DE MAYO.
Enrique Amorin.


El abuelo gringo
que vino en un barco
de velas de fuego
con mástiles blancos
-brújula embrujada
mendrugos y endriagos-
El abuelo gringo
dijo por lo bajo:


Primero de Mayo


Recorrió la América
numerando andamios.
Coloreó arrabales
y fué, palmo a palmo,
corazones, tierras
ganado. Ganando
mujer, casa y huerto
para su descanso.


Primero de Mayo


Y encendió la pipa
en medio del patio.
Hojas otoñales
siguieron sus pasos.
Por la calle sola
se alejó cantando,
con un libro viejo
cerrando las manos.


Primero de Mayo


¿Los hombres temieron
al fuego del canto?
¿Daban miedo entonces
las voces en alto?
Hubo atardeceres
de sangre y espanto.
Muros de ignominia
y enlutado asfalto.


Primero de Mayo


La plaza cercada
de sables y cascos.
El rencor roncaba
su sordo fracaso.
El grito en el puño
y el puño en lo alto.
Un clarín de muerte
deshojó el espacio.


Primero de Mayo


Rosas renovadas
en ocasos bravos.
Noches de la imprenta
sudores lunados.
Rojos fueron siempre
la aurora y el parto.
El nieto ya lee
el viejo libraco.


Primero de mayo


Se abrieron las calles
a punta de canto.
Las heroicas madres
los hijos en brazos.
Vendaval de gritos,
del grito sangrado.
Gargantas de acero:
¡Libertad hermanos!


Primero de Mayo


Banderas al viento
tus fechas flamearon
por calles y plazas
y sierras y campos
y montes y surcos
y ríos y llanos.
¡Espigas y estrellas
colmaron los labios!


Primero de Mayo


Ya nadie podría
la fiesta quitarnos
¿Quién puede a los yunques?
¿Quién puede al arado?
¡Que claro es el día,
qué día mas claro!
Está amaneciendo
¡Primero de Mayo!



Buenos Aires, 1947

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